Tenemos que empezar a ser realistas: a día de hoy no tenemos ni idea de cuándo vamos a poder esquiar, pero, desde luego, no se ve esa posibilidad a corto plazo. La nieve de esta semana pasada parece que desaparecerá en 4 ó 5 días, por lo que volvemos a empezar de cero.
Ni aemet, ni GFSs varios, ni forecast..., ni ningún método de predicción predicen que vayan a caer nevadas significativas en lo que queda de noviembre que permitan abrir la estación. Y, las que se produzcan, serán fruto de la llegada de masas de aire frío en altura (como la nevada de la semana pasada), pero no por la llegada de frentes polares. Es más, las predicciones apuntan a una inamobilidad de la situación, con el centro de bajas presiones anclado al sur de las islas británicas y bombeándonos frentes cálidos y húmedos atlánticos del suroeste. La situación no puede ser más distinta a la del año pasado, en la que la isoterma 0º ya había visitado varias veces nuestras latitudes, hasta que se quedó con nosotros definitivamente a finales de noviembre. A día de hoy, "ni está ni se le espera".
Vaya, que este inicio de temporada está siendo standard, ni bueno ni malo. ¿Eso que significa? Pues significa lo que saben todos aquellos que lleven más de una década esquiando: que, en España, es muy raro poder esquiar en condiciones (con estaciones abiertas al 80-100%, sin calvas, sin abusar de la nieve producida...) antes de mediados del mes de diciembre. Y ya no digo nada de lo raro que es poder esquiar bien en el puente de la Constitución. Hay que tener paciencia.
Lo del año pasado fue realmente excepcional, como excepcional fue también la nefasta temporada 2007-2008, en que la nieve llegó nada menos que en Enero.
Toca esperar, hay que ser conscientes de que, realmente, es pronto para esquiar. Aunque muchos llevemos ya varias semanas con el mono encima.
Saludos.
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